Desde las start-up hasta las multinacionales agrícolas, todo el mundo se apunta a invertir en ‘big data’, los datos informáticos que permiten sacar partido a los indicadores sobre meteorología, suelo o estado de los cultivos. El gigante estadounidense de semillas y agroquímica Monsanto es un vivo ejemplo de ello. En 2013 desembolsó casi mil millones de dólares para la compra de una start-up especializada en el análisis de los datos meteorológicos, The Climate Corporation.
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