Amanda Lleyda, Ingeniera de BEA Systems, explica en este artículo publicado en RFID Magazine cómo la RFID puede complementar los sistemas actuales de Monitorización de la Actividad del Negocio (Business Activity Monitoring- BAM), pero su reto fundamental es la capacidad de aprovechar la gran cantidad de información de los sistemas para propósitos muy variados
En el entorno cada vez más competitivo existente hoy día, las compañías deben continuar proporcionando cada vez más valor a sus clientes. Con frecuencia esto se traduce en una evolución continua de los servicios, las opciones y los beneficios que se ofrecen. Un crecimiento de esta naturaleza implica así mismo un incremento de los datos, información que a menudo se encuentra dispersa y segmentada entre las distintas aplicaciones y sistemas de información. Con cada nueva aplicación nos encontramos con otro modo de catalogar, referenciar y presentar la información a los usuarios.
Una de las claras ventajas de implementar la tecnología RFID en las empresas es el incremento de la eficiencia y la reducción de errores humanos que suceden de forma natural al eliminar los procesos manuales. Otro beneficio que se obtiene, reside en darse cuenta de la gran cantidad de nuevos datos que están disponibles en la empresa como resultado de estos procesos automáticos, y los beneficios que pueden cosecharse analizando toda esta información. El resultado final es una mayor optimización de los procesos de negocio debido a que se pueden adoptar mejores decisiones con la información proporcionada.