Desde principios de septiembre, Alemania usa tarjetas biométricas para la identificación de ciudadanos extranjeros. De este modo, la Oficina Federal alemana de Migración y Refugiados pretende prevenir el robo de identidades. Los residentes en este país que no pertenecen a la Unión Europea han comenzado a recibir tarjetas electrónicas con chips en lugar de sus permisos de residencia en papel.
Las tarjetas, que tienen un costo de 110 euros, almacenan una fotografía y dos huellas dactilares biométricas.