Especulaciones poco precisas han creado cierta preocupación popular con respecto a los nuevos pasaportes electrónicos, con chip RFID incluido, que el gobierno de los EEUU empezará a expedir el mes próximo. Desde ABI Research piden al Department of Homeland Security (DHS) que haga un esfuerzo para despejar estas dudas a los ciudadanos.
La analista de la industria RFID Sara Shah comenta al respecto que ya ha habido “demandas por parte de abogados privados, que preguntan, por ejemplo, si llevando un chip RFID en tu pasaporte pueden seguirte allí donde estés y saberlo todo sobre ti. Esto no es así, y el DHS debe explicar públicamente de qué es capaz la tecnología y por qué es segura”.
El Emerging Applications and Technology Subcommittee ha publicado un informe recientemente en el que asegura que la RFID “ofrece pocos beneficios si lo comparamos con las consecuencias que supone para la privacidad y la integridad. Recomendamos que es una tecnología desfavorable para la identificación y seguimiento de humanos”.
Smart Card Alliance respondió a estas declaraciones afirmando que no todos los sistemas RFID son iguales, y que el comité DHS debería incluir estas diferencias de forma clara en el informe final, así como llevar a cabo análisis separados de tarjetas inteligentes sin contacto y tecnología RFID de mayor rango”.
Inicialmente, el e-Passport que lanzará el gobierno de EEUU sólo tenía un Basic Access Control para desbloquear la información encriptada en el chip. En respuesta a las críticas, el gobierno ha añadido una “Faraday Cage”, una protección de metal en las tapas del pasaporte, de forma que sólo puede ser leído cuando se abre.
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