«La excavación o la realización de zanjas suele causar accidentes en gasoductos, cuando las compañías constructoras llevan a cabo su trabajo sin el conocimiento apropiado de la zona o fallan al seguir las normas básicas de excavación», según explicó Bency Sebastian, Business Development Manager MEA, Oil & Gas Business de 3M.

La necesidad de identificar las características de los elementos enterrados queda reflejada en la Oficina Estadounidense de Seguridad en Tuberías de Distribución. Por ejemplo, en los primeros seis meses de 2006 se produjeron dieciséis incidentes con daños en excavaciones de terceras compañías en conducciones de gas natural con un coste de 1,22 millones de dólares, un fallecido y dos heridos. Además, hubo otros cuatro accidentes en conductos de transmisión, que totalizaron 173000 dólares en desperfectos.

En el nuevo sistema de marcado e identificación subterránea de 3M cada baliza incorpora un número de identificación único pre-programado y una pequeña memoria. Las balizas quedan enterradas y pueden ser leídas con localizadores de mano mediante la emisión de señales específicas de radiofrecuencia. Las balizas disponen de distintos colores y frecuencias para distinguir instalaciones de gas, agua, telecomunicación, suministro eléctrico y otras actividades.

Los marcadores iD poseen un enorme número de ventajas y facilidad de uso, convirtiéndose en la herramienta más viable para la industria petroquímica. No requieren fuente de alimentación interna o externa y pueden almacenar información estática, junto con una capacidad de memoria para guardar etiquetas y descripciones. Los marcadores iD son resistentes a la humedad, la variación de temperatura y los agentes químicos habituales en el suelo. Han sido diseñados para durar tanto como dure la instalación subterránea que estén marcando.

Además, gracias a su sistema de antena flotante, la antena interna se orienta automáticamente en una posición horizontal para obtener la máxima potencia de señal cuando el marcador iD se encuentra enterrado. La lectura del número de serie y el código de barras asociado y su posterior emplazamiento ofrece un registro inicial de la localización marcada. Posteriormente, estos datos almacenados se incorporan a la base de datos de la infraestructura. El elemento final es un accesorio para el localizador de marcadores, que mide y graba las coordenadas GPS de cada ubicación marcada para ser almacenada en el ‘mapa de la instalación.

Por Editorial

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