160 personas de la Oficina del Fiscal General del Estado de Méjico llevan ya un microchip con tecnología RFID que les permite acceder de forma segura y controlada a determinadas áreas restringidas de los cuarteles generales. El fabricante de los chips implantados es VeriChip Corporation, sin embargo, la compañía encargada de distribuirlos en territorio mejicano es Solusat.

El precio de cada uno de los chips, del tamaño de un grano de arroz, implantados tanto en el cuerpo del Fiscal General del Estado, Rafael Macedo de la Concha, como de 160 de sus subordinados, es de 150 dólares. El Gobierno Mejicano planea extender los implantes de chips a miembros claves de la milicia mejicana, de la policía y de la oficina del presidente.

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Por Editorial

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