Las cifras hablan por sí solas. Según Gartner, en el último año la venta de tabletas a nivel mundial se ha duplicado y se prevé que en 2016 sea tres veces mayor, alcanzando las 370 millones de unidades. Tras los pasos de los smartphones, las tabletas se están convirtiendo en dispositivos cada vez más utilizados tanto para un uso personal como profesional.

Tradicionalmente, las organizaciones eran pioneras en incorporar nuevas tecnologías que, con el paso del tiempo, llegaban al usuario final. Sin embargo, hoy los papeles se han invertido con el impacto de la llamada consumerización, la tendencia a que las nuevas tecnologías se consoliden primero en el mercado de consumidor final para dar el salto luego a las corporaciones. Pese a que recientes estudios apuntan a que la gran mayoría de las organizaciones son optimistas en relación a esta nueva realidad, los expertos reconocen que la consumerización supone el mayor reto para los departamentos de TI desde el lanzamiento del Wi-Fi. 

 
En búsqueda de una mayor productividad
 
La consumerización viene dada por la voluntad de los trabajadores de utilizar las tecnologías más innovadoras –las mismas que forman parte de su esfera privada- en su puesto de trabajo. Esta presión se une a la creciente consciencia por parte de los directivos de la necesidad de adaptar sus organizaciones a un mundo cada vez más móvil y de conseguir así una mayor productividad, flexibilidad, eficiencia y control en tiempo real de la marcha del negocio. 
 
Por ejemplo, las tabletas pueden ayudar a optimizar los procesos de ventas, manufactura y de operaciones mediante el uso de aplicaciones corporativas con acceso desde cualquier sitio, en cualquier hora. Además, estos dispositivos añaden un nuevo canal de conexión con los clientes y pueden convertirse en herramientas para la creación de nuevos negocios.
 
La seguridad de la información, el gran reto
 
Hoy en día los departamentos de TI deben hacer frente a una cantidad abrumadora de restricciones organizacionales y de seguridad con presupuestos cada vez más ajustados. Por otra parte, también son responsables del cumplimiento de leyes de privacidad y de estrictas normativas públicas que afectan especialmente algunos sectores industriales. 
 
Otro reto para los departamentos de TI y de compras es la búsqueda de las soluciones y procesos de gestión que, con el menor coste posible, permitan a la vez responder a las necesidades de movilidad y flexibilidad de los empleados y a los requerimientos de control y seguridad de las organizaciones. 
 
Más allá del precio del dispositivo en sí, muchas tabletas requieren, además, la compra de un software de gestión de dispositivos móviles (o MDM, siglas de Mobile Device Management) y de licencias para utilizar aplicaciones para la creación y consumo de contenidos. Por último, también cabe destacar la formación de los profesionales del departamento de TI, que deberá dar servicio al uso de tabletas en la organización. 
 
Cómo elegir la tableta ideal para su empresa
 
Las organizaciones, presionadas por el fenómeno de la consumerización y la voluntad de no quedarse atrás en la apuesta por las nuevas tecnologías, deben encontrar la mejor opción que satisfazca a la vez las necesidades del negocio para aumentar la productividad, de los empleados para obtener una mayor flexibilidad y poder personalizar los dispositivos, y de los departamentos de TI, que tienen que cumplir con su misión de evitar pérdidas de información y optimizar al máximo sus tareas.
 
¿Cómo medir cuál es la mejor opción en el mercado? Para los decisores de compra, la clave se encuentra en analizar el coste total de propiedad (o TCO, siglas de Total Cost of Ownership) de las diferentes tabletas en el mercado. 
 
El modelo TCO, la fórmula para analizar todos los costes
 
La estructura de modelo TCO desarrollado por Intel se basa en un estudio detallado de los principales costes asociados a la compra y gestión de la tableta: hardware, software, trabajo de TI y usuario final. 
 
Según el estudio, las tabletas basadas en tecnología Intel® con Windows 8 ofrecen un TCO significativamente más bajo en cada una de las categorías y escenarios. Los ahorros de costes en software y aplicaciones pueden llegar al 40-50% en relación a sus competidores puesto que no necesitan instalación de aplicaciones extras como MDM.
 
Por otra parte, la robusta y potente arquitectura Intel® ofrece la mejor experiencia de usuario y aprovecha todo el potencial de Microsoft Windows 8, un sistema operativo táctil nativo para tabletas optimizado para los procesadores Intel® con un gran abanico de aplicaciones x86, periféricos y drivers. El sistema operativo Windows es altamente familiar tanto para los profesionales de TI como para el resto de empleados. Además, las tabletas pueden coexistir con Windows 7.
 
Procesador Intel® Atom™o procesador Intel® Core™, ¿con cuál me quedo?
 
En el mercado de tabletas se pueden encontrar dos familias de procesadores Intel®: la tercera generación de Intel®Core™ e Intel®Atom™ Z2760.
Ambos procesadores ofrecen grandes prestaciones, un enorme rendimiento y robustez, duración prolongada de batería, alta capacidad de respuesta y una garantizada seguridad de datos.
 
La familia de procesadores Intel® Core™ ofrece el mejor rendimiento, la seguridad más avanzada, una enorme capacidad de respuesta, una buena duración de la batería y un diseño fácil de llevar. Estas características convierten las tableta con procesadores Intel® Core™ en ideales para empresas que necesitan utilizar aplicaciones de alto rendimiento para crear y consumir contenidos o requieren opciones de seguridad avanzadas. 
 
Por otro lado, los procesadores Intel® Atom™ ofrecen buenas prestaciones de rendimiento, una seguridad robusta, alta capacidad de respuesta, máxima duración de la batería y un diseño extra-fino. De este modo, las tabletas con procesadores Intel® Atom™ -pensadas para el consumo de contenidos- se convierten en la mejor opción si los empleados de la organización necesitan dispositivos con una alta autonomía y muy cómodos de llevar.

Por Editorial