El Ejército implementa teléfonos inteligentes para el reconocimiento biométrico de prisioneros, entre otras aplicaciones. La idea es que resultaría efectivo habilitar al soldado con la posibilidad de identificar a alguien, por ejemplo: un prisionero de guerra (POW). Actualmente los militares emplean la biometría, pero los escáneres son menos portátiles que un teléfono y mucho más caros.
Cabe destacar que el ejército está comenzando a probar los teléfonos inteligentes que podrían utilizarse en combate en lugar de un equipamiento más voluminoso. Los teléfonos inteligentes Apple y Android se someterán a prueba para comprobar si pueden resistir los rigores del combate y pueden funcionar de manera tan efectiva como los equipos actuales.