El museo Otago, de Dunedin, Nueva Zelanda, planea instalar un sistema de rastreo RFID para controlar un estimado de 2 millones de artículos que conforman la colección del museo.

Los objetos se habilitarían con etiquetas RFID para facilitar su seguimiento automático cuando se transfieren de una ubicación a otra. Lectores fijos instalados en todo el museo han de suministrar los datos pertinentes, actualizando la localización en tiempo real de los artículos en el sistema computarizado de administración de las colecciones del museo.

Cuando esté instalado el nuevo sistema, ya el personal no tendrá que introducir información de forma manual en el sistema de administración de sus colecciones cuando se produzca movimiento de los objetos. El nuevo sistema también permitirá que su personal realice con mucha mayor rapidez las auditorías de los almacenes. Esto incrementará la seguridad, la eficiencia y representará un gran ahorro de tiempo para el personal.
 

Por Editorial

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