La biblioteca pública de Elk Grove, California, tiene menos carga de trabajo gracias a un sistema automatizado que controla los préstamos y clasifica los libros devueltos mediante la lectura de una etiqueta RFID dentro de la cubierta de cada ejemplar.
El nuevo equipo de US$ 400000 revisa y clasifica 1000 libros por minuto. Así las cosas, permite que los empleados puedan dedicar su atención a los clientes. El clasificador funciona durante la noche y los fines de semana, impulsando los libros a una serie de rodillos y después los sitúa en seis carretillas de clasificación.