El próximo año, Malasia implantará chips de lectura remota en las placas de registro de los automóviles, como parte de una operativa para evitar el robo de coches. Los chips pueden leerse a una distancia de casi un kilómetro y tienen una vida de 10 años.
El Director General del Departamento de Transporte por Carretera confía en que la tecnología RFID ayude a identificar la licencia de los coches robados, permita localizarlos en un tiempo récord y arrestar así a los ladrones. Además, el sistema también ofrece al gobierno un método de registrar los movimientos de los ciudadanos.
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