La nueva ley emitida por el Departamento de Estado de los EEUU establece que todos los pasaportes creados a partir de octubre de 2006 deben llevar incrustado un chip RFID que contenga toda la información personal del ciudadano e incluso se contempla incluir en un futuro datos adicionales como las huellas dactilares o la lectura del iris. Países como Alemania o Gran Bretaña ya han anunciado proyectos similares.
Más del 98% de los comentarios que recibió el Departamento de Estado respecto a esta ley fueron negativos. La mayoría de las objecciones se centraban en asuntos de privacidad y seguridad de los datos personales. La administración Bush asegura que los nuevos pasaportes contarán con sistemas especiales para evitar que la información caiga en manos de personas ajenas al gobierno.
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