Voz y RFID son tecnologías complementarias: la etiqueta RFID no puede decir qué hacer con los productos y la voz no puede extraer la información del artículo, pero cuando las compañías combinan amabas tecnologías y crean el equivalente a la “etiqueta parlante” no sólo adquieren la capacidad de dirigir la recepción, selección y aprovisionamiento del producto sino que además obtienen la identificación y verificación automática del producto en cada paso del camino.
Este documento afirma que, cuando el tamaño y coste de las etiquetas de RFID disminuya y los estándares de interfaz maduren, los sistemas de RFID y voz integrada estarán a la orden del día. Esta integración producirá beneficios como la reacción inmediata ante la detección de productos fuera de stock, la identificación de mercancía devuelta o artículos en promoción y la localización de productos obsoletos.