Con la legislación Sarbanes-Oxley, los ejecutivos se consideran responsables de la contabilidad y el control interno de sus organizaciones. Los ejecutivos que no implementen controles internos duros se considerarán responsables de informaciones financieras falsas o erróneas y corren el riesgo de ir a la prisión.
Con la legislación Sarbanes-Oxley, los ejecutivos se consideran responsables de la contabilidad y el control interno de sus organizaciones. Los ejecutivos que no implementen controles internos duros se considerarán responsables de informaciones financieras falsas o erróneas y corren el riesgo de ir a la prisión.