Puede que la imagen sobre la facturación electrónica sea la de algo complicado y caro. Quizás se piense que la adopción de un servicio de este tipo suponga la utilización de un nuevo sistema de contabilidad, formar de nuevo al personal en procedimientos radicalmente nuevos o la adquisición de caras actualizaciones. En realidad, tal como explican los autores de este artículo, los procedimientos electrónicos de facturación son los mismos que en el caso del papel, sólo que en menos tiempo y con menor esfuerzo y costes.
Para demostrarlo, este artículo sigue paso a paso el viaje de una factura electrónica describiendo las ventajas que en cada uno de estos pasos se obtienen respecto al mismo proceso realizado con una facturad de papel.